La vida de los otros : Desvarios y reflexiones desde el estrado

Se trata de un ensayo acerca de la justicia chilena, cada vez más depreciada y donde -en muchas ocasiones- los encargados de impartirla han sido protagonistas de hechos delictuales

 

POR JORGE ABASOLO

 

 

Un rápido vistazo a la prensa de cualquier región del país nos lleva a encontrarnos con denuncias que pasman la conciencia de cualquier ciudadano bien nacido. Cito textualmente:

-“Hace dos días fui víctima del robo de mi vehículo. (…) Sin embargo, el fiscal determinó que el cargo a los delincuentes era receptación y no robo. Queda en mí una gran angustia”.

Ante el robo de un vehículo, cabe preguntarse, ¿le interesará al ciudadano de a pié, al ciudadano común y corriente saber la diferencia entre robo y receptación?, si aún entendiéndola  no recuperará su automóvil?

Otra historia relata lo siguiente:

-“Durante tres horas fui secuestrada, robada y golpeada por L.P.S, delincuente conocido como ‘el Rey de los secuestros’ (…)

Aún espero que la fiscalía me contacte”.

Son ya innumerables los relatos que dan cuenta de delincuentes que vuelven a vengarse de sus víctimas y de fiscales que tardan semanas en llamar y pedir medidas cautelares.

 

“La vida de los otros”, (Editorial Trayecto, 150 páginas) es un libro que atrapa, pues ha sido escrito por un abogado que ejerció la judicatura civil y penal. Se trata de Gonzalo Garay, quien también se desempeñó como profesor universitario.

 

En el texto, su autor se pasea por los meandros del ejercicio jurisdiccional, desnudando sin afeites el proceso de cambios legales y culturales que han seguido a las reformas de los últimos tiempos.

Me atrevo a decir que “La Vida de los otros” (Editorial Trayecto) es un texto corajudo, de los que escasamente se encuentran en el país. La razón es muy simple: al decir verdades que ponen en tela de juicio la justicia chilena, quienes han sido jueces temen el asedio y posterior represalia de los que se han considerado víctimas de sus juicios…y hasta de sus propios colegas, que insisten en hacernos creer que somos propietarios de una justicia inmaculada…o digna de elogio.

En este aspecto, la valentía del autor es incuestionable.

 

Gonzalo Garay no elude los temas medulares, aquellos que atañen a todo ciudadano que manifieste interés por conocer la actividad jurisdiccional puertas adentro. Es más, el autor desafía los convencionalismos y nos entrega una visión refrescante y novedosa de un oficio en constante entredicho, que suele ser foco de manipulación política, de juicios superficiales y hasta de cierta incomprensión del hombre/masa.

Sin embargo, no es para nada complaciente a la hora de juzgar el comportamiento de sus colegas cuad logran un cargo que ni ellos mismos esperaban. Ahí asoma el arribismo, el abuso y la arrogancia,

 

El libro de Garay está matizado con hechos anecdóticos y relatados con ironía, que sirven para comprender de mejor modo la justicia chilena. Y trajinando sus páginas uno se formula ciertas preguntas:  ¿tienen los fiscales demasiado poder para investigar los delitos?

Bien sabemos que todos los poderes públicos –por el mero hecho de ser públicos- deben estar delimitados.

Están obligados a rendir cuentas, pero no olvidemos que nosotros los chilenos tenemos una cultura ancestral que opera con la malsana costumbre de no rendir cuentas. Esto se agudiza al constatar que los ciudadanos no estamos acostumbrados a solicitar esa rendición.

Se le ha entregado a los fiscales el monopolio de la acción penal, debiendo responder a la altura del cargo que ejerce.

En muchos casos, esto dista en mucho de cumplirse.

Escrito en prosa amena, “La Vida de los otros”, es un libro incitante, que invita a una reflexión pausada acerca de los recientes procesos sociales.

 

 

 

 

 

 

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