En octubre de 2021, se inauguró oficialmente la remodelación del internado indígena de Puerto Saavedra, una obra esperada durante años por las comunidades educativas del borde costero. Con una inversión superior a los $1.200 millones del Ministerio de Educación y aportes del FNDR, el recinto pasó de ser una construcción deteriorada a un espacio moderno y adaptado a las necesidades interculturales de sus estudiantes.
El internado acoge a más de 80 jóvenes mapuche provenientes de sectores rurales y aislados, quienes asisten a liceos técnicos o científicos humanistas de la comuna. La nueva infraestructura incluye dormitorios con calefacción, comedor, biblioteca, salas de estudio y espacios recreativos, todo bajo un enfoque que respeta la cosmovisión y lengua mapuche.
“Es una deuda histórica que empezamos a saldar”, señaló la entonces seremi de Educación, María Isabel Mariñanco. “No puede haber calidad educativa si no garantizamos condiciones dignas de vida para quienes más lo necesitan”.
La obra fue valorada por apoderados, dirigentes y autoridades locales como un hito de dignificación de la educación indígena, que históricamente ha sufrido rezagos en infraestructura y acceso a recursos básicos. “Nuestros hijos ya no tienen que caminar kilómetros o vivir en condiciones indignas para estudiar”, comentó orgullosa Rosa Huentén, madre de dos estudiantes beneficiarios.
Este proyecto se inscribe en un programa más amplio de mejoramiento de internados escolares en zonas rurales de La Araucanía, como parte de una estrategia para reducir las brechas educativas, especialmente entre estudiantes indígenas y no indígenas, y revertir la deserción escolar en los sectores más vulnerables.
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