Durante el comienzo de este año 2023, en medio del estancamiento del sector forestal y las tensiones territoriales, surgieron en La Araucanía distintas iniciativas que están transformando silenciosamente el panorama económico local. Se trata de proyectos de agricultura regenerativa, impulsados por cooperativas mapuche y campesinas que buscan devolverle la fertilidad a los suelos degradados.
En comunas como Curacautín, Pucón y Vilcún, han nacido redes de pequeños productores que aplican principios de agroecología, permacultura y soberanía alimentaria. Su meta no es solo cultivar sin agrotóxicos, sino también fortalecer las economías locales y cortar con la dependencia del modelo forestal y de importaciones externas.
Uno de los casos más emblemáticos es la Cooperativa Pewma, que produce hortalizas orgánicas para consumo local y ya comenzó a exportar alimentos procesados a Santiago. “No es solo producir, es reconstruir una forma de vivir con la tierra, no desde el lucro sino desde el cuidado”, explica Lissette Cayul, una de sus fundadoras.
El Gobierno Regional ha comenzado a mirar con atención estas experiencias y ya se han destinado recursos del FNDR para apoyar emprendimientos rurales con foco sustentable.
Aunque todavía representan una pequeña fracción de la economía regional, estas iniciativas proyectan un futuro más resiliente y justo para un territorio históricamente marcado por la desigualdad y el extractivismo.
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