La esperanza es lo último que se pierde ESCRIBE: MIGUEL MENDOZA JORQUERA

Cada día que pasa constituye una tortura y cada minuto que avanza es un respiro para las víctimas que están en Gaza, un territorio indómito donde el grupo terrorista Hamás tiene su base de operaciones. Es el mismo movimiento de fanáticos que dio un golpe aleve el sábado siete de octubre de 2023.

Cabe destacar que El Mossad (Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales) es una de las agencias de inteligencia más experimentadas del mundo. Aún así, fue burlada hasta en sus pilares, y cuesta asimilar que Hamás haya perpetrado un atentado casi de película de acción, con un resultado catastrófico: la muerte de más de 1400 personas de origen israelita.

No se sabe mucho de las cifras oficiales, pero la respuesta del poderío de Israel fue con todo, donde los misiles lanzados desde ese país destruyeron todo edificio que estaba en pie. En el recuento debemos incluir hasta un Hospital, muriendo miles de personas, incluidos niños inocentes.

Las cifras entregadas por la ONU  parten de 8 mil muertos y todo indica que ese guarismo irá en aumento. Es fácil inferir de esto que quienes logren salvar sus vidas quedarán con lesiones severas

En esta columna no adentraremos en el conflicto, sino en las victimas de ambos lados. Desde luego, la peor parte la tienen  los habitantes de la Franja de Gaza, un pedazo de tierra pequeño en disputa y que continúa bajo el control del grupo terrorista Hamás y la Yijad Islamica de Palestina.

Hace algunas semanas sacudió nuestro país el caso de Mia Schem,  joven de 21 años y nieta de un chileno, que se busca afanosamente ya que se encuentra secuestrada por el grupo terrorista Hamás.

Todos los medios nacionales e internacionales buscan desesperadamente a esta joven. Incluso la Cancillería chilena hizo difundir hace dos semanas un video que demostraba que se se encontraba con vida.

No se requiere una gran dosis de perspicacia para colegir que esta joven puede ser utilizada como escudo humano por una incursión por parte del ejército de Israel, en Gaza.

Sin embargo, en pocos medios chilenos se habla del pequeño Ghassan Khalil Haider Sahurie Albawwab, un niño de siete años de padre chileno (fallecido) y madre palestina. El pequeño tiene pasaporte chileno, su casa fue bombardeada y quedando con heridas leves, se trasladaron junto a su familia (madre y abuelos maternos) al Hospital Al-Shifa donde se encuentra acampando fuera de este recinto asistencial, en condiciones infrahumanas.

La guerra no es contra el pueblo palestino y menos para Ghassan. Su madre Nermin, su familia y todas las víctimas de esta cruel guerra por fundamentalismo de religión de ambas trincheras, dista en mucho de ser justa.

Sabemos que el presidente Gabriel Boric, desde siempre ha sido pro-palestino.

Hace algunos años, en un viaje a Cisjordania -cuando era un joven diputado-  se reunió con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás.

Por otra parte, resulta  bochornoso recordar el problema diplomático que tuvimos con el embajador de Israel, Gil Artzyeli aquel 15 de septiembre de 2022. No se le proporcionó su credencial diplomática, y -por ende- no fue recibido en La Moneda.

Nuestro mandatario adoptó esa decisión por el caso del joven palestino que murió a manos del Ejército de Israel en Cisjordania. Sin embargo, el presidente Boric no se ha referido del caso del pequeño Ghassan y la cancillería entrega los datos a la familia cuando la madre de Ghassan es la que se ha comunicado con su cuñado. Ellos quieren ir a Egipto ya que la madre no puede dejar solos a sus padres y familiares. Por esto, y el respeto a la familia Sahurie (familia paterna en Chile) solo albergan una esperanza para el pequeño Ghassan, que a sus cortos siete años ha padecido el horror de la guerra.

Para la familia Sahurie y para todas las víctimas de esta horrorosa guerra, esperamos la paz.

 

Miguel Mendoza Jorquera, Tecnólogo Médico y conductor del programa Manos Libres del sitio El Pernsador.io

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