El destacado cronista y escritor lautarino acaba de lanzar su último libro, donde revela detalles inéditos de un episodio tan desgarrador como ejemplar
POR JORGE ABASOLO
El viernes 12 de octubre de 1972, los integrantes del equipo de rugby Old Christians del exclusivo Stella Maris de Montevideo tomaron un avión con destino a Santiago de Chile. Acompañados de algunos familiares, venían a jugar un partido. Con 45 personas a bordo, la aeronave se estrelló contra el volcán Tinguiririca, en plena cordillera de los Andes.
Cuando luego de dos meses de infructuosa búsqueda todo el mundo daba a los jóvenes uruguayos por muertos, 16 de ellos aparecieron extenuados, al borde del colapso definitivo, pero con vida. Para lograrlo, debieron soportar con estoicismo las más increíbles vicisitudes.
Una vez conocida su historia, el ejemplo conmocionó al mundo, particularmente a aquellos chilenos que –por haber sido testigos directos- vivieron aquel drama como propio.
El reciente libro de Alarcón Carrasco aporta datos interesantísimos desde el punto de vista técnico
UN NUEVO LIBRO EN TORNO AL LUCTUOSO SUCESO
Héctor Alarcón Carrasco, es bloguero desde hace más de quince años. Este prolífico hombre de letras ha dictado charlas y presentaciones basadas en sus investigaciones. Lugares como escuelas de Malleco y Cautín; Grupo 3 Fach Temuco, Escuela de Carabineros de Temuco, Departamento TIC Carabineros, Santiago y este año en Manzanar han sabido del rigorismo con que desarrolla sus trabajos.
El año 1969 publica poesías en revista El Musiquero y en la década de los 70 se integra como colaborador del diario “Las Noticias, de Victoria”
-¿De dónde nace tu afición por escribir sobre pilotos y temas aviáticos?
-Siempre me interesó la historia. A mediados de los ochenta pude conocer al Crl. ® Enrique Flores Álvarez, historiador de la FACH, quien al saber que yo escribía un tema sobre el aviador militar, pionero, José Ojeda Pacheco, más tarde integrante de Carabineros y luego de la Fuerza Aérea, me invitó muy gentilmente a participar en el Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile, del cual era presidente, invitación que acepté. De eso hacen ya 38 años. Posteriormente fui secretario y director de esa entidad, a la que aún pertenezco.
– ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de la tragedia de los Andes, donde murieron varios rugbistas uruguayos, ese fatídico 13 de octubre de 1972? ¿Por qué hiciste este libro?
-El hecho de que en un principio se hubiera extraviado el avión, situación muy conocida por todos los chilenos y que prácticamente se les declaraba fallecidos por el tiempo transcurrido, naturalmente nos permitía pensar que todos estaban muertos. Ese fue un año de mucha emoción, que colocó a nuestro país en el primer plano de la noticia y de paso ubicó en segundo plano los graves problemas económicos, las colas para conseguir alimentos y la división política que finalmente concluiría con la llegada de los militares al poder.
Naturalmente que las noticias sobre el hallazgo del avión, que saltaron a las portadas de los periódicos con aquella frase “Santiago, Chile, Urgente”, nos golpearon a todos. Cuando se supo lo de la antropofagia, no hubo voz que se levantara enjuiciando a los sobrevivientes.
Era un accidente especial. Los restos del avión estaban ubicados en territorio argentino; los sobrevivientes llegaron a Chile, país que tuvo que pedir la autorización respectiva para poder hacer el rescate; tripulantes y pasajeros eran de nacionalidad uruguaya, por lo tanto, ningún tribunal se hizo cargo de juzgar a los sobrevivientes, quienes abandonaron Chile sin ser citados a declarar siquiera.
Este fue un tema que siempre me interesó. Transcurridos 50 años, mis archivos cuentan con una decena de libros escritos sobre esta particular situación, además de revistas y diarios como “VEA”, “La´Tercera” y otros, todavía de fácil consulta, además de mi página web www.chilecronicas.cl, me dieron impulso para publicar “La Tragedia de los Andes; 50 Años” libro que recoge la historia desde la búsqueda del avión tanto aérea como terrestre, los esfuerzos del pintor Carlos Páez Vilaró y otros familiares por tener información del avión accidentado; rescate de los sobrevivientes y otros detalles poco conocidos.
-Creo que hay héroes olvidados en este episodio. Me refiero especialmente al piloto Jorge Massa, que manejaba uno de los helicópteros que rescató a los primeros sobrevivientes. El día era pésimo para intentar un rescate….
-Acuérdate que era un día de diciembre; pero a mayor altura en la cordillera había mucha neblina y vientos que impedían el normal desplazamiento de los helicópteros. El primer día del rescate aéreo fueron dos los que lograron la hazaña de superar la altura, incluso sobrepasando el techo máximo de trabajo de los helicópteros, situación que ambos pilotos lograron con mucha pericia, demostrando así la calidad de nuestros pilotos de helicópteros, quienes no sólo se adiestran para ejercicios de guerra, sino también para facilitar el traslado de ayuda y rescate de andinistas y habitantes de zonas aisladas.
En lo personal, yo dedico un capítulo al salvataje aéreo, en el que el comandante Massa aparece en primer plano; al respecto, en cualquier presentación que involucre el salvataje aéreo la figura del comandante Jorge Massa siempre está presente, no obstante haber sido el Nr. 2 de la Escuadrilla del SAR; en detrimento del comandante Carlos García que era el jefe de la escuadrilla. Todo ello derivado de los detalles del salvataje y de la expectación periodística, que logró tener una exposición detallada de los hechos por parte del comandante Massa.
Para comunicarse con el autor pueden hacer a:
E-MAIL : alarconcarrasco@gmail.com
Página web : www.chilecronicas.cl