Semilla estelar, un poemario de antología

POR JORGE ABASOLO

Con este libro, su autor, Igor Fuentes refrenda que si bien es cierto Dios no nos dio alas para volar, nos entregó la poesía, que dotó de alas a las palabras

Los verdaderos poetas no han creído jamás que la poesía sea para ellos una propiedad. Son demasiado generosos. Tienen claro que en los labios humanos, la palabra hecha poesía no ha callado nunca. Las palabras, los cantos, los gritos…se suceden sin fin; se cruzan, colisionan y hasta se confunden en una sinfonía diáfana, que logra la serenidad espiritual, tan necesaria en una sociedad descocada como la que vivimos.

La poesía de Fuentes es variopinta y es nutrida e influenciada por lecturas de hombres como Descartes, Maimónedes, Montaigne y hasta el mismísimo Nietzche.

Para el autor, la palabra es más que importante. Es cierto que las palabras no son las cosas, pero esas cosas son inasibles, -por lo tanto-  de algún modo debemos referirnos a ellas. Esto queda meridianamente claro en su poema “Trazos”, al sentenciar:

“…y la palabra queda.

La palabra queda. La palabra impresa en piedra, queda”.

En su poema “Displicente”, Igor Fuentes  exuda axiomas casi lacerantes, por cuanto son verdades lejos del blindaje con que “arropamos” ciertos conceptos que son crudos, aunque extractados de la más irreverente realidad. Allí el autor escruta con rigor de espeleólogo el aspecto ominoso de la existencia, la vida ficticia que el ser humano ha creado con tal de entender aquello que la vida ya nos ha dado por inextricable. Es el vano afán del hombre por aprehenderlo todo, olvidando que gran parte de la rica existencia humana radica justamente en su misterio insondable.

A ratosintrincada, la poesía de Fuentes no deja tema sin aprehender.

Tal es el caso de la Fe, esa virtud que alguna vez en nuestra (in)humana historia fue considerada como pecado. Queda claro que la fe no solo comprende la duda, sino también la libertad. ¿Por qué la libertad? Pues, ya que nace de una inteligencia no evidente. Y es que la Fe habita en un albergue muy distinto al de la razón.

Ya está dicho que Igor Fuentes se ha nutrido –entre otras- de las enseñanzas de Maimónides, el mismo que ya en el siglo XII se ocupó de acercar la Fe a la Razón. Bien sabemos que el médico y pensador español intentó una sana imbricación entre estos conceptos antinómicos.

Y claro…imposible prescindir de la Fe si se quiere aplacar la angustia existencial.

El autor lo plasma en su poema “Lapsus”, cuando señala:

-“Ahora angustia soy, por los poros se me filtra mi humano ser.

 

La Fe está intacta, pero la tormenta ha durado más de la cuenta.

Sí, el cuerpo tiembla de ciego,

aunque de reojo veo al sol sobre mis hombros…”

 

DEL AUTOR

Nacido en la comuna de San Miguel, un día de agosto de 1970, una vez egresado de la enseñanza media optó por estudiar Electricidad Industrial.

Tras desempeñar los más diversos oficios  -desde vendedor hasta cuidador de caballos en los Estados Unidos-  desembocó en el rubro hotelero y en el manejo de un taxi. Allí pudo penetrar más en el alma humana, conocer gentes de caracteres muy dispares y recorrer la infinita gama de emociones que anida en cada uno de nosotros.

 

Poema escogido:

-“Qué débil se producía en el hombre,

Desmembrados pensamientos que para él eran geniales.

Crecieron figuras de silicona en vez de flores.

Smog en vez de aire, edificios en vez de árboles,

Crucigramas indescifrables de ciencias inexactas,

De orgullosos monos parlantes mezclados en el pináculo del ‘éxito’,

Después de ver lo que hicieron corrieron a esconderse,

doctores de lo incierto, arquitectos del desastre,

médicos en eterna práctica,

y aún así cargan a los hombres,

cargas que ni uno de ustedes llevaría,

escondieron la verdad, no la descifraron,

ni quieren que otros la pueden encontrar”.

(Semilla Estelar, poema Saeta)

 

A quienes quieran tomar contacto con el autor de este libro, pueden hacerlo llamando al fono998 193 424

 

 

 

 

 

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