En su novela de ciencia ficción “El viaje de Eby” nos demuestra que la tecnología y la Inteligencia Artificial puede llevarnos a un mundo donde lo real se confunda con el surrealismo
ENTREVISTA DE JORGE ABASOLO
¿En qué consiste la ciencia-ficción? Entre los estudiosos del género no se ha podido llegar a un consenso amplio sobre una definición formal, siendo éste un tema de gran controversia. En general se considera ciencia ficción a los cuentos o historias que giran en torno al impacto que producen los avances científicos, tecnológicos, sociales o culturales, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos.
[]Su nombre deriva de una traducción demasiado literal del término en inglés, ya que la traducción apropiada siguiendo las reglas del castellano sería «ficción de/sobre la ciencia» o «ficción científica». Si bien muchos expertos opinan que debería utilizarse éste último, la costumbre está demasiado extendida y sólo muy pocos lo utilizan.
En la novela “El viaje de Eby”, Omar Riquelme emplea un ingrediente cardinal es la relación espacio-tiempo, ese modelo matemático con trazas filosóficas que combina el espacio y el tiempo en un único continuo como dos conceptos inseparablemente relacionados. En este continuo espacio-temporal se representan todos los sucesos físicos del Universo, de acuerdo con la teoría de la relatividad y otras teorías físicas.
La novela comienza con un incidente simple, casi una hojarasca, que desemboca en una historia que permite al autor dar rienda suelta a su imaginación verniana.
¿Y QUIEN ES EL?
Omar Riquelme es un arquitecto de profesión que desde niño fue invadido por múltiples inquietudes. Nacido en Santiago, llega a Angol el año 2004 y en la actualidad se desempeña como Asesor Urbanista de la Municipalidad de Angol.
-Un arquitecto dedicado a la literatura de ciencia/ficción asoma como extraño. ¿De dónde arranca esta inquietud?
-La inquietud, creo yo estaba muy bien guardada. Desde niño hacia historietas e incluso escribí un cuento corto en mi infancia. Sin embargo, mi formación profesional, permitió canalizar de cierta forma ese imaginario.
El proceso de escribir una novela es desde mi punto de vista, un proceso similar al desarrollo de un proyecto de arquitectura; parte desde una intencionalidad, una idea, que en arquitectura pasa a ser la intención espacial y que en literatura podría compararse con el relato. Pero esta idea no basta, necesita estructura, organización, detalles, lo cual constituye un ejercicio iterativo que requiere constancia, igual que el desarrollo y revisión de una novela. Entonces, ambos procesos requieren en esencia de lo mismo, pero sus fines y herramientas son totalmente diferentes. Por otro lado, la arquitectura se concreta en algo material que necesariamente implica asumir realidades tales como las características del terreno, el costo económico, el uso que tendrá; y por el contrario, las letras me permitieron desplegar mundos más allá de esos límites a los que estaba habituado, me permitió crear personajes y mundos totalmente nuevos. Descubrir ese potencial que ofrecen las letras ha sido fabuloso.
–Una de las principales funciones y atractivos de la Ciencia Ficción tiene por objeto especular con amenidad sobre “la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y de la tecnología”, opinaba Isaac Asimov, conocido divulgador científico y famoso autor de Ciencia Ficción.
¿Qué opinas de ello?
–Concuerdo con la cita, sin embargo pienso que la ciencia ficción, más allá especular sobre la respuesta humana frente a los cambios que la ciencia y la tecnología ofrecen, supone un cuestionamiento y confrontación, producto de los mismos límites a los cuales nos pueden llevar estos cambios que la ciencia y la tecnología ofrecen, como por ejemplo, los dilemas humanos provocados por las acciones e inventiva que nos lleva a cuestionar nuestro actuar frente el cambio climático, a cuestionar la supremacía de unos sobre otros, la deshumanización o la dependencia robótica, etc. Ese cuestionamiento nos lleva a pensar y repensar la existencia, confrontando la realidad al crear una nueva versión de esta, la cual sustenta el ejercicio especulativo al que nos referimos.
-Marcel Proust decía que escribía para olvidar. Otros lo hacen para recordar. ¿Por qué y para qué escribe Omar Riquelme?
–Escribo porque me gusta. Es como un hobby que cuando lo descubres y no lo practicas comienzas a inquietarte. Espero no dejarlo, ya que muchos hobbies con el tiempo son dejados de lado o remplazados por otros.
Eso sí, algo particular que las letras permiten, sobre todo la ficción, es poder transmitir y entretener, transmitir ideas, cuestionar, teorizar, provocar interrogantes y posibles respuestas a múltiples y diversos temas de nuestra realidad con una trama ficticia que entretenga y provoque al lector a seguir leyendo.
– Graham Greene decía que la infancia es la capital de todo escritor…¿es tu caso?
–Concuerdo absolutamente. Aunque la infancia puede aflorar en una etapa avanzada de la vida también.
En mi caso, mi infancia estuvo marcada por procesos de hospitalización que me obligaron a pasar tardes enteras y durante meses, en camilla con reducida movilidad, viajando a otros mundos con figuras de acción que me traían, dibujando o simplemente aburrido. Con el pie enyesado anduve en bicicleta, trepé árboles y jugué en la calle con amigos asumiendo personajes fantásticos, incluso competíamos por ser el mejor dibujante de comic. Había más tiempo y osadía para el juego en aquel entonces.
Eso puede haber dejado el capital que tú dices; ansias de crear.
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De fácil facundia, no elude ningún tema y se explaya cuando la pregunta le activa su entusiasmo, cosa nada de difícil para una novel escritor que ha debutado con el pie derecho en el subyugante mundo de la literatura de ficción.