Un hombre ingresa a un bar con cara de preocupación. Se le acerca un amigo y le pregunta:
-¿Qué te pasa, Jorge? Te veo un poco compungido.
-No es para menos. Fíjate que casi atropello a mi suegra…
-¿Te fallaron los frenos?
-No, el acelerador.
¿Por qué un relato de este tipo causa gracia?
En primer lugar porque se ha elegido a una persona que no goza de “simpatía” en ninguna parte del planeta. No en vano la suegra es el fundamento de muchos chistes y chascarros en todas las latitudes.
Lo otro es la capacidad de sorpresa que todo buen chiste debe conllevar. Entre los frenos y el acelerador hay una gran diferencia, lo que cambia súbitamente el sentido de la respuesta del tipo con aspecto de compungido.
CLINICAS DE LA RISA
¿Sabía usted, amigo lector, que los niños ríen 400 veces por día y los adultos reímos sólo de 20 a 30 veces en un día? Entonces, “póngase las pilas”, porque reír cura enfermedades psíquicas, como la depresión, el estrés, la angustia, la falta de autoestima o problemas de relación. Y como analgésico, alivia dolores y postoperatorios.
En muchos países existen actualmente las llamadas “clínicas de risoterapia”, en las que se ayudan a curar muchas enfermedades sólo con la risa.
-La risoterapia es una técnica de curación reciente que mediante la risa consigue generar estados anímicos que influyen en nuestro cuerpo y nuestra mente.
-Cuando nos reímos se genera un estado de ánimo positivo.
-Nos ayudan a asumir una visión positiva y tranquila de las cosas y nos hacen sentirnos humanos, hermanados.
-Investigaciones más recientes sobre la risoterapia se están llevando a cabo en Suiza, aunque los pioneros en crear centros dedicados a la risa han sido los americanos y los canadienses.
-La risa favorece la producción y liberación de sustancias bioquímicas, como la dopamina, que nos eleva el estado de ánimo;la serotonina, tipo de endorfina con efectos calmantes y analgésicos;o la adrenalina, que nos permite estar más despiertos y receptivos, proporcionando mayor creatividad.
LEGRAND.- Tu manejas muy bien el humor escrito, Jorge… y no conozco a otro que lo haga tan bien en Chile. Debes estar en el Museo del Humor con uno de tus libros.
ABASOLO.- ¡Encantado, pus Coco…!
ALGO DE HISTORIA
Conocí a Alejandro Javier González Legrand, más conocido por su remoquete de Coco Legrand, un día de marzo de 1979. Creo que le caí bien, hubo química y desde esa fecha no hemos dejado de vernos. Más tarde en mi condición de periodista me correspondió entrevistarlo en frecuentes ocasiones.
En cierta oportunidad estaba yo en mi trabajo en la revista “Qué Pasa”, cuando recibo un llamado del propio Legrand. Había leído una columna mía en el diario La Prensa Austral de Punta Arenas (la que escribo allí todos los lunes) y me dice que le ha hecho mucha gracia. De paso, me señala que desea invitarme a su grupo, pues estaba forjando un nuevo café concert. Fue un honor desde luego. Acordamos día y hora; y la fluidez en la comunicación derivó en una amistad que se conserva hasta el día de hoy.
Fue el año pasado cuando la idea de hacer un Museo del Humor en Chile tomó cuerpo en la figura de Legrand. Me lo había dicho hacía unos tres años. Sin embargo, todas las ofertas que recibió para hacer este Museo del Humor en Valparaíso se fueron esfumando en la noche de los tiempos. Entonces, el comediante optó por tomar el toro por las astas: resolvió hacer un Museo virtual y desprenderse de tanto ofrecimiento que le hacían los señores políticos. Bueno, eran ofertas de políticos…
Días después, luego de una reunión de trabajo y escanciando algunas copas de líquido elemento, Legrand me dijo en su casa:
-Jorge, este Museo del Humor lo voy a donar a la Universidad Diego Portales, pues se trata de la única casa de estudios que mantiene una cátedra de Humor.
Y enseguida me agregó:
-Tu debieras estar en ese Museo con uno de tus libros, pues tus textos son de gran factura. Además tú haces humor escrito, y necesitamos gente de ese tipo en el Museo…
Yo quedé asombrado y hasta descolocado ante la oferta, y le retruqué al instante:
-¡Pero, claro Coco! Será un honor.
Luego hicimos un brindis y conversamos de muchas cosas más…pero esa es otra historia.
Lo concreto es que este día jueves 30 de junio, a las 12:30 hrs. se llevará a cabo la donación del sitio web del Museo del Humor de Coco Legrand al Instituto de Estudios Humorísticos de la UDP (Universidad Diego Portales)
La ceremonia se realizará en el Estudio de TV de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales, ubicado en calle Vergara 240. El evento será transmitido por You Tube y Facebook Live de la Facultad de Comunicaciones y Letras de la UDP.
La entrada es abierta y para todo público.
Traten de ir…pues una sociedad sin Humor viene siendo algo así como un vampiro con anemia.
Recuerden que así como la imaginación nos compensa por lo que no somos, el humor nos compensa por lo que somos.
En una próxima columna les daré a conocer la página web para que visiten este atractivo Museo.
¡¡Gracias Coco…!!
(Nota de la redacción: la ceremonia mencionada será retransmitida también por www.nahuelbutaradioytvangol.cl y por Radio Nahuelbuta FM 96.3 para Los Sauces , Lumaco , Purén y Traiguén)