Psicólogo, Magíster en Psicología Clínica y Doctor en Ciencias Humanas señala que la finalidad de una psicoterapia es promover en la persona una sensación de bienestar
ENTREVISTA DE JORGE ABASOLO
Por todas partes se percibe un tufillo molesto, de desasosiego que impiden la felicidad humana. Alguien definió con certeza que estamos viviendo la sociedad del hastío.
Lo cierto es que los dolores del alma ya se instalaron en una sociedad que no sabe a ciencia cierta hacia donde se dirige.
¿Se trata del mal del siglo o de la época? El hecho es que estamos en una era psicológica. El mundo se ha psicologizado, con todas las consecuencias que ello trae consigo.
La angustia se ha expandido y sus consecuencias también. Ahí están las fobias, las obsesiones, la hipocondría y las enfermedades psicosomáticas.
Entonces, asoma la psicoterapia como una técnica altamente recomendable para resolver conflictos y enfermedades, basada en una teoría médica y psicológicas. En consecuencia, hay que tener claro qué se debe esperar de sus resultados. Por ejemplo, es un error creer que se trata de un arte que depende de las condiciones personales del terapeuta, olvidando lo imprescindible de la formación del profesional. No cualquier ayuda psicológica es psicoterapia y no cualquier profesional puede aplicarla con eficacia
Nada mejor que hablar con alguien que ha estudiado el fenómeno durante años, con el rigor inherente a quien se apasiona con ciertos temas. Me refiero a Alejandro Cifuentes Muñoz, Doctor en Ciencias Humanas y que en cuanto a línea de investigación escogió la Epistemología de la Psicoterapia y Filosofía de la Psicología.
-¿Cómo saber que debo ir a un psicoterapeuta, y no elegir otro tipo de tratamiento?
-Es una muy buena pregunta, difícil de responder. Más allá de las típicas sugerencias del gremio que invitan a la psicoterapia cuando vemos afectada nuestra salud mental en algún ámbito, yo diría que uno debe acudir a psicoterapia cuando: 1) está padeciendo algún tipo de sufrimiento, es decir, una emoción displacentera más o menos permanente que irrumpe en la cotidianidad del vivir y 2) cuando otras acciones para disminuir ese malestar no han funcionado. Esto invita a no utilizar la psicoterapia como primera opción (si no es necesario), ya que, la mayoría de las veces, las personas podemos tener instancias terapéuticas por nosotros mismos (conversando con amigos, cantando, andando en bicicleta, viendo un atardecer, haciendo yoga, relajación, etc.). Si luego de ello, los problemas persisten, la psicoterapia es la opción.
Alejandro Cifuentes señala que la terapia más utilizada
en la actualidad es la cognitivo-conductual
-¿La finalidad de la psicoterapia consiste en provocar un cambio de conducta en la persona para que se sienta mejor?
-Sí y no. Convengamos en que la conducta es una acción, un comportamiento visible y medible. Es decir, puede comprobarse. Lógicamente, se espera que cuando alguien acude a psicoterapia tenga un cambio conductual, sin embargo, la conducta (lo visible) es solo un espectro de la salud mental. En otras palabras, también están nuestros pensamientos y afectos, los cuales pueden o no verse reflejados en la conducta. Por tanto, la finalidad de la psicoterapia es promover un estado de bienestar en el individuo que acude a consultar, comprendiendo y disolviendo el sufrimiento humano que le aqueja, lo que puede, aunque no necesariamente, verse reflejado en su conducta.
-Una de las dos psicoterapias más frecuentes es la cognitivo/conductual. ¿Por qué razón? ¿En qué consiste?
-La palabra “cognitivo-conductual” es una etiqueta que agrupa una gran cantidad de aproximaciones psicoterapéuticas. No existe “la” psicoterapia cognitivo conductual. Esto es porque representa la convergencia de dos tradiciones: el conductismo (las acciones visibles) y el cognitivismo (los pensamientos). Al pasar el tiempo, tales corrientes se unieron formando un solo movimiento. En términos generales, tales aproximaciones entienden que la conducta problemática es un reflejo de un procesamiento de la información disfuncional, por lo que el bienestar yacería en “reestructurar” tales pensamientos. A diferencia de otras formas de psicoterapia, este movimiento se ha preocupado de la medición y objetivación de sus procedimientos mediante test, experimentación y ensayos clínicos. Eso le ha llevado a tener cierto prestigio y ser utilizada y sugerida dada su confiabilidad. Sin embargo, no debemos considerar que aquella psicoterapia que más “validación” tiene sea la mejor. Existe un montón de aproximaciones que se enfocan en otras perspectivas del ser humano que son igualmente útiles.
-¿Qué importancia le asigna la terapia cognitiva/conductual al procesamiento de la información?
-El procesamiento de la información es el conjunto de acciones que nosotros realizamos para valorar e interpretar los estímulos (la información del medio). En tal sentido, y desde esta perspectiva, es allí donde yacen los problemas humanos, no en los hechos, sino en las valoraciones más o menos adaptativas que hacemos de ellos. Por consecuencia, la importancia al procesamiento de la información es total.
-La otra psicoterapia más frecuente es la psicoanalítica. ¿En qué consiste? ¿Se basa en aquello que no decimos, en el inconsciente?
-Para el psicoanálisis, desarrollado inicialmente por Freud, todo lo que somos, hacemos y pensamos depende de la relación de diversas estructuras mentales. En ese sentido tendríamos contenidos mentales a los que podemos acceder fácilmente (por ej. Lo que almorcé ayer) y otros contenidos de difícil acceso que son más profundos (como nuestros impulsos y deseos inconscientes). En simples palabras, el psicoanálisis busca “hacer consciente lo inconsciente”, porque es en esa tensión en la que se desarrollan los problemas. Es por ello por lo que aquí se utilizan diferentes estrategias a las que se usan en otras terapias, como, por ejemplo, la interpretación de los sueños (que serían una fuente directa a los contenidos inconscientes).
-¿En qué medida los disturbios y conflictos sociales y políticos del siglo XX dan origen a la terapia o modelo humanista?
-Las guerras y sus horribles consecuencias, junto a las críticas a los modelos precedentes (el psicoanálisis y el conductismo) dieron origen a un movimiento crítico que se centraba en la autorrealización y potenciación humana; en la comprensión holística de la persona más que fragmentándolo en partes y; en la búsqueda del sentido a la existencia. De hecho, y para dar solo un ejemplo de la importancia de los conflictos sociales de la época en la emergencia del humanismo, está el caso de Viktor Frankl, un psiquiatra austríaco que estuvo detenido en un campo de concentración Nazi por varios años. En el contexto de su presidio notó que los problemas humanos yacen en la pérdida del sentido de vida y desarrolló la logoterapia y el análisis existencial, convirtiéndose, junto a otros, en uno de los íconos del humanismo.
-¿Qué psicoterapia recomendarías ante males psicosomáticos, como úlcera gastroduodenal o asma bronquial?
-Los problemas psicosomáticos son problemas de salud física que no tienen causa orgánica, por lo que sus causas serían psicológicas. No existe una forma de terapia recomendada, eso depende de muchos factores. Lo principal es comprender cual es la causa psicológica que desencadena el problema físico, por ejemplo ¿es la angustia, es el estrés, es la rabia, es el miedo, etc.? Lo que aborda la psicoterapia no es el problema físico, sino la causa. En ese sentido, cualquier forma de psicoterapia que la aborde será útil. Lógicamente, las explicaciones que cada forma de psicoterapia otorgará al problema de la persona serán distintas. Por tanto, la mejor psicoterapia es aquella en la que el consultante se sienta más cómodo.
-Entiendo que son cuatro las psicoterapias más conocidas. Está la psicoterapia psicoanalítica (o psicoanálisis), la terapia humanista, la terapia cognitivo-conductual y la terapia sistémica. En la sociedad chilena actual, ¿cuál es la más socorrida?
-En Chile y en el mundo es la psicoterapia cognitivo-conductual la más utilizada. Es la que ha presentado históricamente mayor evidencia científica, aunque esto se explica porque aborda un ámbito humano que permite ser medido (la conducta). Sin embargo, hoy están en auge las terapias sistémicas y humanistas, que han sido incluidas, paulatinamente, en diferentes guías clínicas del Ministerio de Salud.
Hay que tener en consideración que el modelo teórico no es el que determina la eficacia de una psicoterapia. Uno de los principales factores que da cuenta del éxito o fracaso de un proceso es la calidad de la relación psicoterapéutica que se establece entre consultante y psicólogo, eso independiente del tipo de psicoterapia.
-En el entendido que la psicoterapia se basa en la conversación médico-paciente, ¿hay personas no aptas para ello, que requieren otro tipo de tratamiento?
-Claro, hay problemas que no se resuelven solo con una psicoterapia. De hecho, el trabajo multidisciplinario es fundamental. El psicoterapeuta aborda “un” ámbito de la persona, por ello necesitamos trabajar en conjunto con médicos, trabajadores sociales, nutricionistas, psiquiatras, etc. Los seres humanos somos multidimensionales y nuestros problemas también lo son.
Muchas veces, por ejemplo, en algunas patologías psiquiátricas, la conversación psicoterapéutica no basta para la solución de un problema. Aquí es necesario un tratamiento dual (farmacológico-psicoterapéutico). En tal contexto, el medicamento otorga la estabilidad fisiológica que el cuerpo necesita para poder llevar a cabo un proceso psicoterapéutico. La interdisciplina no solo es beneficiosa sino necesaria.
-Entiendo que la psicoterapia psicodinámica es el abordaje psicoterapéutico que presenta la relación más directa con el psicoanálisis clásico desarrollado por Freud. ¿Es ello así?
-Exactamente, la etiqueta psicodinámica engloba una serie de aproximaciones psicoterapéuticas en las que un conflicto inconsciente e intrapsíquico es clave. Es por ello, que las perspectivas psicodinámicas tienen sus raíces en el psicoanálisis freudiano.
-¿En qué consiste la técnica de fusión o reestructuración cognitiva?
-Es una forma de modificar nuestros patrones de pensamiento. Hay diferentes formas de hacerlo, sin embargo, todas buscan que el consultante valore los eventos que le acontecen de una forma menos desadaptativa. Por tanto, desde esta perspectiva, el problema yace en el procesamiento errado de los estímulos, es decir, en una valoración negativa de los hechos. La reestructuración cognitiva busca cambiar esta forma de valoración por otra que sea menos disfuncional.
EPISTEMOLOGIA
-¿Por qué la epistemología (o teoría del conocimiento) tiene tantas acepciones en la psicología?
No solo en psicología sino en todos los campos del conocimiento. Epistemología es un área de la filosofía desarrollada desde la Antigua Grecia, por lo cual tiene tantas definiciones como teóricos la han desarrollado en la historia. Sin embargo, y a pesar de esta polisemia, la mayoría de las definiciones convergen en que la epistemología se encarga de estudiar el conocimiento (qué lo hace válido, qué y cómo se puede conocer, cuáles son sus límites, entre otros).
-¿Cuál es tu preferida?
Me declaro socio construccionista. Esta perspectiva epistemológica implica una forma de entender la realidad, y los fenómenos que se dan en ella, como una construcción social que emerge mediante el lenguaje. En tal sentido, quienes observamos la realidad seríamos constructores activos de ella, siendo, toda interpretación, mediada por nuestras creencias, significados e historias de vida. Desde esta perspectiva nos cuestionamos las verdades irrevocables y los anhelos de objetividad y neutralidad que algunos anhelan.
-¿En qué momento la epistemología se separa de la filosofía pasa a ser una disciplina propia y autónoma?
-La epistemología no se separa de la filosofía, sigue siendo una disciplina que se desprende de ella. La epistemología es, en sí misma, filosofía. La separación que se da es entre la psicología y la filosofía. Hasta finales del Siglo XIX, la filosofía y la psicología eran un solo campo. Sin embargo, la psicología se alejó de la filosofía en su búsqueda de ser una ciencia. Utilizando el método científico de las ciencias naturales, la psicología apeló a convertirse en una disciplina rigurosa y metódica como la física, química y biología.
Hoy podríamos preguntarnos si tal divorcio le trajo a la psicología los frutos que anhelaba, o, en otras palabras, si se puede considerar a la psicología como una ciencia. Pero ese es otro debate que podemos guardar para una próxima ocasión.