La cantante y compositora Elisa del Carmen Avendaño Curaqueo, es una estudiosa de la cultura indígena y promotora de sus tradiciones. Ha dedicado gran parte de su vida a difundir la cultura y principalmente la música del pueblo mapuche no solo en La Araucanía, sino fuera de las fronteras de nuestro país, convirtiéndose en una embajadora de nuestras raíces en el mundo.
Oriunda de la zona precordillerana de Lautaro, hoy está radicada en la comunidad de Padre Las Casas; sin embargo, su unión con la provincia de Malleco es fuerte, porque pertenece a la comunidad mapuche Manuel Echeverría, en el sector Santa Julia, de Curacautín, donde se encuentra gran parte de su familia y donde es una de las referentes más importantes del conocimiento del arte mapuche.
Todo este esfuerzo fue premiado en septiembre pasado cuando la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky, le comunicó que había sido elegida Premio Nacional de Música 2022.
– ¿Qué significó para usted haber ganado el Premio Nacional de Música 2022?
– Fue una cosa inesperada, fue como una suerte de golpe que haya llegado este reconocimiento a la música. En este caso valoro que haya ganado la música mapuche este premio, es interesante que realicen un reconocimiento a una música que ni siquiera ha llegado a competir con los grandes músicos del país.
– ¿Cuántos años lleva usted cultivando la música y la cultura mapuche?
– Más de 45 años, aunque desde la década de los ochenta llevo la música a los escenarios, porque era necesario hacer un recambio cultural, fue cuando salió una ley de determinación del pueblo mapuche sobre la división y subdivisión de sus tierras y se levantaron organizaciones con identidad. En ese momento empezamos a hablar más el idioma, y levantamos algunas ceremonias como el Nguillatun, que en algunos lugares se había perdido o se prohibía a la gente su realización.
– Así levantamos fuertemente muchas creencias, tradicionales y ceremoniales, y desde ahí nace la música con identidad, fortalecer el idioma y hacer un poco denuncia política sobre el atropello al pueblo mapuche.
Elisa Avendaño Curaqueo – Día de la Música – Angol 2017
– Usted es directora de la agrupación Mapuche Ñi Kimvn, ¿qué significa este concepto?
– En mis inicios trabajaba con grupos, hace poco comencé a trabajar sola, pero todo el tiempo formaba a niños y jóvenes en la danza, que es un muy importante y que, lamentablemente, se ha ido perdiendo. En ese contexto el concepto se refiere a cómo levantar el conocimiento mapuche, ese es el significado de Mapuche Ñi Kimvn.
– En YouTube se puede observar esta educación intercultural en que usted entrega conocimiento de instrumentos y danza mapuche a los niños…
– Fui una de las pioneras en la educación intercultural desde la década de los ochenta, nosotros empezamos a trabajar con los niños de los padres emigrantes que se trasladaban a la ciudad, principalmente con los hijos de los dirigentes sociales mapuche, que vivían en la ciudad y no tenían mucho contacto con sus comunidades. Y mucho de este trabajo se puede observar en las redes sociales.
– Nos reuníamos todos los sábados para hacer ceremonias, música, danza y hablar la lengua; para gritar y saltar, escuchar cuentos, jugar con la artesanía y la lana, teníamos un equipo que trabajaba con las comunidades, mostrándoles todas aquellas cosas que se viven en el campo y que ellos no conocían, sobre todo lo que tiene que ver con la agricultura, y la relación con la tierra y los animales. Ahora no hago muy seguido este trabajo, pero si me llaman visito algunas comunas.
El tema Wilipang representa el liderazgo de los jóvenes mapuche y la represión a la que se ven enfrentados, señala Elisa Alvendaño
– Los interesados en su música es un público especial ¿A quién va dirigido?
– En principio era una música que estaba dirigida a las grandes movilizaciones, al escenario político, ese era muy público, después fue creciendo hasta llegar a las universidades, dando a conocer un poco el arte mapuche entre la danza y la música; luego fue creciendo el público entre los niños y los jóvenes, mucha gente en las comunidades y gente en los barrios populares, quienes están con los mapuche, en los colegios, poblaciones, los trabajadores, y los sindicatos.
– Estamos elaborando una página web para subir material e investigaciones que he realizado en mi vida, y la música, tengo alrededor de 80 temas musicales. También tengo mucho material que he ido creando durante estos dos años de pandemia, para llevarlo a grabar a estudio y sacarlo para el próximo año.
– ¿En el ámbito internacional también ha tenido un trabajo importante de difusión?
– En los años ochenta estuve en Canadá haciendo un intercambio cultural en la medicina tradicional y en el arte indígena, en ese país tuve un importante espacio, también en toda Centroamérica, y Latinoamérica, hasta 1997.
– En el año 2000 comencé a llevar nuestra música en el Viejo Continente, Europa. Y hace 10 años estoy trabajando con los indígenas de Nueva Zelanda, quienes tienen una compañía muy importante de teatro, y yo musicalizo sus obras; hacemos montajes y voy haciendo creaciones musicales, nos ha ido muy bien y contamos con un programa internacional del desarrollo del arte en distintos lugares del mundo.