Adanyl Brignoni: “Lamentablemente, las cifras de adopción en Chile tienden a la baja”

Junto a Laire Fernández, ha escrito un libro que es más bien es un tratado acerca de la adopción, abordando una esfera faltante en este sentido: la gestión de las emociones

POR JORGE ABASOLO

 

 

Por cierto, son muchas las interrogantes y aseveraciones que surgen alrededor del término adopción. Desde el instante en que es considerada como una opción para constituir familia, hasta los diversos desafíos que va planteando en las distintas etapas del desarrollo del futuro.

 

Escrito en un estilo didáctico y satinado, “Guía de Acompañamiento para Familias Adoptivas” (Editorial Forja, 217 páginas) es un libro para informar y apoyar a las personas o familias que deciden adoptar. Se trata de una guía elaborada por Adanyl Brignoni, periodista y madre adoptiva, y por Leire Fernández, madre y psicóloga infanto-juvenil con formación especializada y experiencia en parentalidad y adopción. El libro orienta, valida y sirve de apoyo a lo largo del proceso de adopción, desde sus primeras fases donde los futuros padres y madres meditan la decisión de adoptar, hasta la adolescencia del hijo adoptado, incluyendo temas sobre identidad.

 

 

 

Con el propósito de poder elaborar un material que realmente representara a las familias adoptivas en Chile y con el cual pudieran identificarse, Brignoni y Fernández realizaron entrevistas grupales a padres, madres e hijos adoptivos en este país. A través de muchas preguntas, pudieron empaparse de su percepción acerca del proceso de adopción y de los materiales y servicios utilizados como herramientas de apoyo.

Adanyl Brignoni y Leire Fernández,

las autoras del libro

 

 

MAS CONVENCEN CIFRAS QUE ARGUMENTOS

Durante el año 2020 se efectuaron 258 enlaces adoptivos, considerando tanto enlaces nacionales e internacionales. Del total de enlaces adoptivos concretados, el 76,7% de los casos fueron gestionados por Unidades Regionales de Adopción de SENAME, y el restante 23,3% por Organismos Colaboradores.

En relación con la edad de los niños y niñas con inicio de causas de susceptibilidad de adopción durante el 2020, se advierte que el 36,4% de los niños/as con causas de susceptibilidad iniciadas contaban con “menos de un año” (n=131), le sigue en proporción de casos los niños/as de entre “4 a 7 años” que, con 99 casos, representa el 27,5% de los usuarios/as; a continuación, y con acotada diferencia, los niños/as de “1 a 3 años” (n=90; 25%). Por último, la menor proporción de casos se da entre los niños y niñas de “8 años y más” (n=30; 8,3%) y los que estaban “en gestación” (n=10; 2,8%).

En ese sentido, al considerar el tramo etario de los niños y niñas, se evidencia una relación directa entre la edad y el tiempo de espera, pues a medida que aumenta la edad, aumenta también el tiempo de espera promedio. Si un niño o niña menor de 1 año, entre la declaración de susceptibilidad y el enlace, promedia un tiempo de espera de 1.33 meses; aumenta a 4,16 meses entre los niños/as de 1 a 3 años; 7,73 meses entre aquellos/as niños/as de 4 a 7 años, y más de un año de espera entre los mayores de 8 años (14,13 meses promedio).

En este contexto, un estudio determinó que, por cada tres meses de vida de forma institucionalizada, las niñas y los niños menores a tres años pierden un mes de su desarrollo cognitivo, afectivo y físico.

 

Nuestro medio conversó con Adanyl Brignoni, una de las autoras del libro, publicista y magíster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Su trayectoria laboral  la ha desarrollado en España, Puerto Rico y Chile, colaborando con organizaciones sin fines de lucro en las áreas de las comunicaciones y la educación. Su experiencia como madre adoptiva la motivó a redactar su primer cuento infantil “Los días que nací”, donde aborda el abstruso tema de la adopción.

En la actualidad forma parte del directorio de la “Fundación Apoyo Adopción” y continúa desarrollando proyectos relacionados con la adopción y el bienestar de los niños.

 

-¿Estás de acuerdo en que las parejas homosexuales adopten un niño?

-Ambas estamos de acuerdo con que las parejas homosexuales puedan adoptar, de la misma forma que lo hacen las parejas heterosexuales, casadas o no, solteras o solteros, etcétera. Como sociedad, hemos tenido la fortuna de ir avanzando hacia el reconocimiento de la diversidad de las personas y de aceptarnos como iguales.

Si ponemos el foco donde creemos que debe estar, es decir, en el derecho de los niños, niñas y adolescentes a vivir en familia, pensamos que lo más relevante es que el niño/a pueda llegar a una familia que se ajuste a él y a sus necesidades, lo cual implica importantes desafíos, así como habilidades parentales que van más allá de la orientación sexual. En este caso, pensamos que la aprobación de la ley del matrimonio igualitario a finales del 2021 fue positiva, puesto que permite a los niños/as a ser reconocidos por ambas madres o ambos padres, resguardando su vinculación con ambas figuras.

 

-¿Cuán cierto es que para adoptar un niño (a) deben haber al menos veinte años de diferencia?

-Esto es parte de los requisitos legales para poder adoptar, como también lo es que los interesados deben ser mayores de 25 años de edad y menores de 60.

Es importante entender también que todos los requisitos para los futuros adoptantes están pensados en función de lo que es mejor para cada niño/a. En este caso, por ejemplo, parte de lo que se está cuidando es que el niño/a llegue a una familia de adultos responsables, que cuenten con la madurez y entendimiento que implica este compromiso (que, por cierto, es para toda la vida) y que, a su vez, cuente con la estima para acompañarlo/a como necesita. Cuando se adopta a un niño/a, no se le está haciendo un favor, sino que se le está garantizando un derecho básico. En línea con lo anterior, el adulto debe tener la convicción de que ésta es su opción de hacer familia y que, de ser declarado idóneo, estará recibiendo a su hijo o hija con los compromisos, responsabilidades y sacrificios que ello implica.

 

-Luego de adoptar a un niño, ¿es probable el arrepentimiento? ¿Qué señala la ley al respecto?

-Ese arrepentimiento que señalas se conoce con el término de “fracaso adoptivo” y consiste en que la pareja o persona que ya formó familia con un niño o niña a través de la adopción desiste de continuar con el proceso y, por lo tanto, tiene lugar un nuevo abandono en la historia de ese niño o niña, con las consecuencias que ello implica en su desarrollo, bienestar y sentimientos de seguridad.

Si la persona adulta que tomó la decisión de adoptar no elaboró bien algunos duelos (como el de la infertilidad, por ejemplo) o no tomó conciencia de las necesidades que requiere un niño o niña susceptible de ser adoptado (abandonos, vulneración de derechos, adversidad temprana que pueden traducirse en pataletas, miedos, recriminaciones u otras conductas), es probable que se le haga inviable mantener el proceso de adopción.

 

-En este tema de la adopción hay muchos mitos o semi verdades. Por ejemplo, que el niño (a) adoptado no calzará nunca con la familia adoptiva, por  no ser consanguíneo.

¿Cuán cierto es ello?

-Es cierto que cuando se forma familia a través de la adopción hay diferencias entre la persona que fue adoptada y sus padres adoptivos que no comparten las familias biológicas. Sin embargo, ello no quiere decir que la persona adoptada no vaya a calzar nunca con su familia por el hecho de no compartir la consanguineidad.

En este sentido, es muy importante que desde que la familia se forma pueda conversar de manera cotidiana y natural acerca de la diversidad familiar. Conviene aclarar que no todas las familias son iguales, pues hay diferentes tipos de familia. La biología permite una manera de ser familia, pero hay otras igualmente válidas.

En esta misma línea deben construirse similitudes (gustos, aficiones, ideas, valores) y debe permitirse también hablar de las diferencias, que para algunas personas y en algunos momentos pueden vivirse con frustración. Resulta fundamental acoger la pena o la rabia por no haber nacido originalmente en la familia adoptiva o el miedo por no conocer aspectos marcados por la biología. Cuando se elabora y se procesa en familia, dentro de un entorno cálido y que pueda sentirse como seguro, la persona que fue adoptada tiene un sentido de encajar en su familia.

 

 

-¿Es baja la adopción de niños en Chile?  ¿Razones?

-De acuerdo con las cifras oficiales, las adopciones han caído significativamente en los últimos años. Durante la crisis sanitaria se evidenciaron disminuciones importantes en el número de solicitudes con respecto a años anteriores, sumadas a demoras en tribunales.

No obstante, antes de la pandemia ya se había identificado un descenso importante en las cifras de la adopción que se atribuía en parte a la disminución en el número de niños que se determinaban susceptibles de ser adoptados desde los tribunales de familia. Pensamos que el desarrollo y mayor alcance de las técnicas de fertilidad pueden haber contribuido también a la baja en la decisión de adoptar como manera de hacer familia.

En este momento está en proceso una modificación del sistema de protección y adopción que, esperamos, implicaría actualización, mejoras al sistema y otros cambios acordes a la sociedad actual chilena que podrían favorecer la calidad de las adopciones y, en última instancia, para los niños y niñas y adolescentes que están esperando una familia.

La adopción protege el desarrollo y satisface derechos y necesidades de niños, niñas y jóvenes, cuando se hace con la plena conciencia por parte de los adultos de lo que significa.

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